¿Quién era Jane?
Jane caminaba entre riachuelos
una ligera lluvia
humedeciendo su gorro y su cabello
sola
ensimismada
serena
de pronto el ruido de unos cascos
un fuerte trote
el barón Jomini
en un hermoso caballo azabache
un encuentro
el inicio de una historia de amor...
Levanté la vista del cuaderno
y me distraje
se apagaron los colores y los sonidos
lo cerré
y todo se diluyó bajo la niebla.
El escribir tiene sus pausa o interrupciones. UNa linda historia que comeienza. Un abrazo. Carlos
AntwortenLöschenHermosa historia que comienzas en tu cuaderno y que dejas libertad para que el lector siga haciéndola realidad en su mente, Inma...Muy bueno, amiga.
AntwortenLöschenMi abrazo entrañable y felices días de octubre.
Se acaba el libro, la vida real es otra cosa, o no.
AntwortenLöschenAbrazo.
¡Que pena! que se interrumpiera ese bonito cuento de hadas. La próxima vez ya sabes, aíslate del mundanal ruido y termina esa bella historia de amor...pero no te olvides de contárnosla.
AntwortenLöschenBesos, amiga.
Hay que vivir la lectura. Un beso
AntwortenLöschenMe gusto mucho tu poema. Te mando un beso.
AntwortenLöschenEn la vida real todo es diferente y a veces muy duro. Cada cual eligiera un final diferente. Excelente amiga.
AntwortenLöschenFeliz día.
Un abrazo
Esperando que la niebla se disipe...
AntwortenLöschenSaludos
Que vuelva pronto el sol de mano de la inspiración para que Jane pueda vivir su historia de amor :)
AntwortenLöschenAbrazo
Lo mismo me pasó al leerte, inma.
AntwortenLöschenLeer "Jane" y eclipsarme hasta el punto final.
Qué grande ;)
Abrazo.
Este gran poema continuará. Seguramente...
AntwortenLöschenAbrazo hasta vos.
Una distracción y todo desaparece. Volverá a abrir ese cuaderno. Sus sueños necesitan ser escritos.
AntwortenLöschenPreciosas letras. ❤
Qué preciosa historia, Inma. Me he quedado con ganas de más!!
AntwortenLöschenBesicos muchos.
Inma, qué grande, son versos para despertar los sentidos y llenarlos de sensibilidad, amiga.
AntwortenLöschenMuchísimas gracias y buen comienzo de semana.
Quizás te distrajiste porque creíste (o quisiste) escuchar el caballo, el amor, acercándose. Va un abrazo, Inma.
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