Un árbol de ramas de plata
se asoma a la ventana
regando luces
en las sombras que se diluyen hasta la almohada
Un árbol de ramas de plata
se asoma a la ventana
regando luces
en las sombras que se diluyen hasta la almohada
Tú, yo y un gato
sentados sobre una mesa de ping pong
contemplando un hermoso atardecer
no sé cómo romper el silencio de esos momentos
como no sea recurriendo a Mafalda
La ola de tu recuerdo es una sonrisa evanescente.